Se ha discutido mucho sobre la llegada de los judíos a la
Península Ibérica. Se ha especulado si pudieron llegar a finales del segundo
milenio antes de nuestra era de la mano de los comerciantes fenicios y sus
fundaciones en el Mediterráneo occidental, cuando ciudades como Cádiz fueron
creadas. Leyenda que se fundamentaría en parte al decirse en la Biblia, en el
Llibro de los Reyes, en el Antiguo Testamento, que las flotas del rey Salomón
navegaban amistosamente con las del soberano fenicio Hiram de Tiro, por lo que
se pensó que pudieran llegar juntos.
Utensilios del Templo.
Otro momento de la Antigüedad importante en la historia del
pueblo judío que también se ha puesto en relación con su llegada fue la
invasión de Jerusalén y primera destrucción del Templo por las tropas del rey
Nabucodonosor de Babilonia en el 587 a.C., lo que ocasionó un éxodo de la
población por todo el Mediterráneo. La leyenda ha alimentado continuamente esta
posibilidad, e incluso se llegó a creer que un rey de Sevilla ayudó al
babilonio y tras el saqueo del templo se trajo sus joyas y la mítica mesa de
Salomón, tal como se refiere en la cronística medieval.
Si bien estas posibilidades siempre serán una incógnita, y
aunque tampoco se puede negar la llegada de algunos judíos en fechas tan
tempranas, el momento de su establecimiento como comunidad hay que fijarla en
época romana, tras el éxodo de los judíos que se produce tras la invasión de
Jerusalén, el saqueo del templo y los sucesivos conflictos que se suceden
durante los dos primeros siglos de nuestra era, especialmente con Pompeyo,
Tito, Vespasiano y Adriano. Famosas son las imágenes del saqueo del templo que
todavía hoy pueden verse en el arco triunfal de Tito del Foro romano,
conmemorando la destrucción de Jerusalén en el año setenta. No es casual que
sea en el siglo i d.C. cuando Jonatan Ben Uziel deje constancia de la
traducción de Hispania por Sefarad. Será a partir del período romano cuando
comiencen a aparecer los primeros testimonios materiales de la comunidad judía
en España.
Fuente: http://cvc.cervantes.es/artes/sefarad/sefardita/llegada.htm
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