Amuleto cabalístico
El pueblo judío vive según los preceptos que se recogen en
la ley que Dios les da: la Torah. Su contenido es el conjunto de preceptos,
instrucciones, mandamientos u obligaciones que Dios otorga a su pueblo y que se
contienen en el Antiguo Testamento, especialmente en el Pentateuco (el Génesis,
el Exódo, el Levítico, los Números y el Deuteronomio) o lo que es lo mismo los
cinco primeros libros de la Biblia identificados con Moisés, por lo que
comúnmente se habla también de Ley Mosaica. Después los sabios judíos
realizaron comentarios e interpretaciones de la Torah que ayudaban al pueblo
hebreo a organizar su vida desde todos los puntos de vista imaginables (social,
económico, jurídico, político, vida privada, higiene, etc.). Estos preceptos
que en un principio fueron de carácter oral fueron fijados por escrito en una
primera parte (la Mishnah) a lo largo de un extenso período que llega hasta el
siglo ii de nuestra era, y cuya última redacción se cree que fue realizada por
Rabí Yehuda ha-Nasí. La segunda parte (la Guemará), en gran medida conjunto de
comentarios de la primera, se configura entre los siglos tercero y cuarto de
nuestra era por los eruditos hebreos (amoraim). La unión de ambas partes
(Mishnah y Guemará) formalizan la columna vertebral del Talmud, que cuenta con
dos versiones la realizada por las escuelas rabínicas de Babilonia y Palestina.
Se conocerá con el nombre de Talmud Tora a las escuelas rabínicas donde se
estudia y enseña la Ley.
En España y en Francia tuvo gran desarrollo otro libro
conocido como la Qabbalah. Aunque su significado se ha distorsionado con el
tiempo y casi se utiliza como sinónimo de prácticas astrológicas y
supersticiosas, su origen es muy distinto. Debemos remitirnos al siglo xi
cuando su contenido era la interpretación de la Torah con un sentido místico
alegórico, frente a la lectura literal que de ella se hacía en el Talmud, y por
ello su influencia en la mística y la literatura ha sido muy importante. Aunque
a partir del siglo xiii hubo un sector interpretativo de la Qabbalah poco serio
que desembocó en un verdadero fraude, por otra parte hubo lecturas
interpretativas de carácter matemático que atribuían a las letras de las
palabras un valor numérico al no existir en hebreo cifras numéricas como en el
latín o en el árabe. Otros análisis explicativos utilizaban las letras de las
palabras como iniciales de otras que a su vez formalizan frases, o simplemente
cambiaban el orden de las letras para crear nuevas palabras. Cómo es lógico
pensadores racionalistas de la talla de Maimónides criticaron y vieron con
desconfianza semejantes lecturas que rayaban en lo esotérico, lo mágico y lo
oculto.
Fuente: http://cvc.cervantes.es/artes/sefarad/sefardita/textos_sagrados.htm
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