La familia Abulafia es
considerada una de las familias Sefaradíes más famosas de Castilla, España, y
según sus propias tradiciones son descendientes de David haMelej.
Uno de los Rabinos más conocidos
de esta familia fue el Rab Jayim Abulafia quien nació en Jebrón, Israel, en
1660. La familia del Rab Abulafia se trasladó a Yerushalayim y allí Rabbí
Jayim estudió con las grandes luminarias
de la época, el Rab Shelomo Algazi y el Rab Abraham Amigo.
De Yerushalayim fue enviado a
Turquía, para incentivar a la floreciente comunidad local a apoyar
materialmente a los Yehudim de Erets Israel.
Allí en Izmir (Esmirna) conoció al Rab de la ciudad, Israel Benveniste,
quien quedó tan impresionado con el Rab Abulafia que dijo que era uno de los
grandes genios de su generación.
El Rab Abulafia vivió también por
casi diez años en Tsefat, donde ejerció como rabino de esa comunidad. El decía
de si mismo que “tuvo el gran mérito de haber nacido en Jebrón, haberse criado
en Yerushalayim, y haber ejercido en Tsefat”, tres de las cuatro ciudades
consideradas “santas” en Israel (ya hablaremos de la cuarta).
En el año 1705 falleció el rab de
Izmir, Israel Benveniste, y la comunidad local invito al Rab Abulafia a que
ocupara su lugar. El Rab Abulafia aceptó y dirigió por varios años esa
comunidad que contaba con más de 15,000 familias (sic). Era respetado y
admirado por Yehudim y gentiles. Y tenía una excelente relación con el Sultán,
quien se aconsejaba con el Rab Jayim por todo tipo de temas.
Aunque estaba en Turquía el Rab
Abualfia no dejaba de extrañar y preocuparse por Erets Israel. El Rab Abulafia
entendió que su paso por Turquía podría haber sido providencial, no para él
personalmente sino para el futuro de Erets Israel. Así fue como concibió su ambicioso plan: reconstruir la ciudad de
Tiberia. Tiberia fue el sitio donde estuvo el último Sanhedrín, luego de la
destrucción del Segundo Bet haMiqdash.
Desde esos días, la ciudad quedó destruida y a pesar de los esfuerzos de
Don Yosef Nasí y Doña Gracia Mendes casi cien años atrás, nunca fue
restablecida.
Encontró un momento políticamente
propicio, cuando el Imperio Turco era muy influyente en medio oriente. E
inspiró a la pudiente y muy generosa comunidad judía de Izmir a que apoyara su
misión.
Cuando cumplió 80 años el Rab
Abulafia viajó con su familia a Israel y comenzó a reconstruir la ciudad de
Tiberia. Se ocupó de crear puestos de
trabajo para estimular a los Yehudim a establecerse en la ciudad. Y también
fundó escuelas y Yeshibot donde se estudiara Torá. También fundó la Sinagoga “Ets HaJayim”, que
existe hasta el día de hoy, en el lugar de la antigua Sinagoga del Ari
haQadosh.
El Rab Abulafia z”l falleció y
fue enterrado en Tiberia en 1744.
Su libro mas famoso es “Ets
haJayim” un profundo comentario sobre la Torá.
Según el Rab Jidá, el libro “ets hajayim” no puede ser entendido a
partir de una lectura superficial, su mayor beneficio está en descubrir su gran
profundidad.
También escribió,
“Miqrae Qodesh”, sobre algunos
textos del Talmud.
“Yosef lemad” otro comentario
sobre la Torá.
“Shebut ya’aqob” un comentario
sobre el famoso libro “‘en ya’aqob”.
Fuente: http://halaja.org