El rabino Obadiá ben Abraham de
Bertinoro, Italia, conocido popularmente como “Bartenura”, nació en 1455. Fue
alumno del famoso Rabino Yosef Colón, מהרי”ק, y se
convirtió en el rabino de su propia ciudad, Bertinoro, en la provincia de Cesena
.
Desde una temprana edad deseó
establecerse en Erets Israel, y específicamente en Yerushalayim. Sabemos
detalles muy minuciosos de su viaje a Israel porque muchas de la cartas que
describen ese viaje fueron encontradas recientemente. Dejó su ciudad natal a
finales de 1486. Luego pasó por Roma y llegó a Napoles. Se estableció cerca de
allí en Salerno durante cuatro meses. En 1487 llegó a Palermo, Sicilia, donde
permaneció tres meses predicando cada Shabbat en la sinagoga local. En Sicilia
trataron de convencerlo para que se quedara como Rabino de la comunidad pero se
negó porque su deseo era llegar a Yerushalayim. Viajo a través de Messina y
Rodas hacia Alejandría, Egipto, donde llegó a principios de 1488. De Alejandría
procedió a El Cairo, donde el Rab Natan ha-Kohen Shoulal lo recibió con grandes
honores. Rabino Shoulal también le ofreció permanecer en El Cairo, pero
nuevamente se negó. Continuó su viaje a través de Gaza, Hebrón y Bet Lejem llegando a Jerusalem justo antes de Pésaj ,
1488. Su llegada fue una gran bendición para la comunidad judía de
Yerushalayim.
Jerusalem estaba al borde de la
ruina. Los ricos habían escapado de la ciudad por los exhorbitantes tributos
que demandaba el gobierno Musulmán local, y los pobres eran duramente gravados
por impuestos. La comunidad judía de Yerushalayim estaba en uno de sus peores
momentos . Había aproximadamente 70 familias judías en la ciudad, todos muy
pobres “en la ciudad hay muchas viudas y muchos ancianos abandonados,
Ashkenazim, Sefaradim y de otros países…los que tienen pan para toda una semana
se consideran ricos… “. El rabino Obadiá cuenta en una de sus cartas que fue
recibido por un rabino italiano, Ya’aqob de Colombano, el Rab principal de la
ciudad. El rabino Obadiá escribe que este rabino era tan pobre que sólo se
permitía comer un pedazo de pan durante Shabbat, y durante la semana, sólo
comía algarrobos secos, es decir, los restos que quedan de las vainas de
algarrobo una vez que su jugo fue extraído. Al principio el Rab Obadiá tuvo que
hacerse cargo por sí mismo de casi todas las necesidades de la comunidad.
Incluso él mismo se ocupaba de cavar las tumbas y enterrar a los muertos, ya
que nadie más estaba dispuesto a emprender este deber religioso.
El rab se hizo cargo de recaudar
fondos para Yerushalayim. Sus conexiones en Italia le proporcionaron dinero
para el apoyo de los pobres. Al poco tiempo pudo establecer instituciones de
beneficencia para los pobres y asistencia medica para los enfermos. Emanuel Hai
Camerino de Florencia, a quien el rabino Obadia le había confiado la
administración de sus propiedad en Cesena, le enviaba 100 ducados al año, a lo
que añadía otros 25 ducados de su propia para caridad. El hermano del rabino
Obadiá y otros familiares pudientes también enviaban sus generosos contribuciones.
En unos pocos años dada su gran
reputación en la ciudad, hasta los musulmanes acudían a él para resolver casos
judiciales. El Rab Obadiá obtuvo la abolición del impuesto anual de 400 ducados
que la comunidad judía debía pagar a a las autoridades musulmanas locales. En
su lugar se instituyó un impuesto más razonable.
En 1492 cuando los judíos fueron
expulsados de España, muchos refugiados se establecieron en Jerusalem. El
rabino Obadiá se convirtió en su líder espiritual y también los ayudó a
sostenerse materialmente durante algún tiempo, ya que estos refugiados
españoles (=Sefaradim) llegaban sin dinero. Pero al poco tiempo, gracias a la
llegada de estos Yehudim que eran muy educados y entrenados para el comercio
internacional, la comunidad comenzó a crecer. Como muestra de su enorme
gratitud, los exiliados de España le hicieron al Rab de Bertinoro un mejor
regalo que podía esperar: su propia Yeshibá (academia rabínica) en
Yerushalayim. Esta fue la primera Yeshibá en Jerusalem en más de 1200 años.
En Yerushalayim, el Rab Obadiá
fue declarado como “abi hayshub”, patrón o benefactor máximo de la ciudad.
Murió en 1515 y está enterrado en
el Monte de los Olivos (Har haZetim).
LIBROS
El Rab Obadiá de Bertinoro es muy
conocido por su comentario a la Mishná. La Mishná comprende las tradiciones
orales rabínicas, es decir, la aplicación y los detalles de todas las Mitsvot
de la Tora.
La Mishná se estudia por lo general junto con la Guemará, que explica la Mishná y elabora sus
detalles. Maimónides fue el primer
rabino que escribió un comentario independiente sobre la Mishná. El rabino
Obadiá siguió este ejemplo y escribió su comentario, que se convirtió en el más
popular por siglos. A diferencia de Maimónides que escribió originalmente en
árabe, el comentario del rabino Obadiá fue escrito en hebreo. El comentario del
Rab Obadiá es una excelente introducción al estudio del Talmud.
Fuente: http://halaja.org